Giro de 180 grados en Tarragona: la iglesia secreta con una capilla del siglo XIII escondida en un claustro

Tarragona es mucho más que restos romanos. La imponente catedral del siglo XII y XIV, pero hay mucho más: Santa Tecla, la playa del Miracle… y una iglesia escondida que muy poca gente conoce.

Pocos visitantes saben que, envuelta por la solemnidad del Seminario Pontificio y casi absorbida por su arquitectura, se esconde una de las capillas románicas mejor conservadas de la ciudad. 

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No se ve desde la calle, no forma parte de las rutas turísticas habituales y no destaca por una fachada grandilocuente. Sin embargo, la capilla de Sant Pau del Seminari es un testimonio único del románico tardío catalán y uno de los secretos arquitectónicos mejor guardados de la ciudad.

Lo insólito de esta capilla no es solo su antigüedad —se menciona en documentos desde principios del siglo XIII— sino el hecho de que permanece engastada dentro de una iglesia más grande, como una joya oculta tras vitrinas de piedra.

La historia del lugar

El claustro del actual Seminario Pontificio, acabado en 1886, la abraza en uno de sus ángulos, y las nuevas galerías construidas entonces impiden que la antigua ventana de la cabecera proyecte luz al interior. Lo que antes se abría al aire libre, hoy queda en penumbra, como si el tiempo mismo se hubiera encargado de protegerla del ruido del presente.

Exteriormente, Sant Pau del Seminari se presenta como una estructura de dimensiones modestas: apenas 7,75 por 3,5 metros. La nave única, rectangular y sin capillas laterales ni crucero, responde al estilo más sobrio del románico. 

Cómo es

Fue construida siguiendo un patrón regular que le da un aire de serena solidez. En los ángulos exteriores y en la mitad de las fachadas laterales, columnas adosadas rematadas con capiteles de estilo corintizante añaden un toque clásico, casi decorativo, que la conecta con otras construcciones del entorno, como el claustro de la catedral.

La ornamentación es sobria pero elocuente. En lo alto de las paredes exteriores, arcuaciones lobuladas ciegas recorren el perímetro superior a modo de cornisa, un detalle muy similar al que encontramos en el claustro catedralicio. 

Sant Pau del Seminari WIKIPEDIA

Estas arcuaciones no solo aportan un ritmo visual sino que actúan como guardapolvo, protegiendo la estructura de la erosión. Muchas de las piedras muestran marcas de cantero, huellas silenciosas de los artesanos que levantaron la capilla hace más de ocho siglos.

La fachada principal ha sufrido modificaciones a lo largo de su historia. La puerta actual tiene una alinda rectangular, añadida en una restauración posterior, sobre la cual se despliega un frontón decorado con garlandas vegetales. Justo encima, una rosada circular decorada con sogueado y molduras inyecta luz tamizada al interior. A ambos lados de la nave se abren también pequeñas ventanas, dos por cada lateral, que fueron pensadas para una orientación que hoy ya no se corresponde con su entorno construido.

El interior de la capilla

Pero es el interior lo que conserva la esencia del siglo XIII. Las bóvedas son de crucería cuadripartita, con nervaduras cuyos perfiles recuerdan a los del claustro catedralicio, lo que sugiere una unidad de estilo o, al menos, una misma escuela de trabajo. 

Las claves de bóveda están decoradas con relieves de un pájaro y una flor, elementos simbólicos cuyo significado puede haberse perdido, pero que apuntan a una cierta intención narrativa o espiritual. Los arcos descansan sobre ménsulas incrustadas en los muros, una solución elegante y funcional que permite ganar espacio sin comprometer la estabilidad.

Un lugar cargado de leyendas

El acceso actual a la capilla se realiza subiendo cuatro escalones que recorren toda la base de la fachada principal. Antiguas fotografías revelan que el pavimento original estaba más elevado, lo que indica que la entrada ha sido modificada, probablemente tras las obras del seminario en el siglo XIX. Hasta entonces, la capilla se abría al callejón de Sant Pau, una callejuela hoy desaparecida que fue absorbida por la ampliación del complejo eclesiástico.

La historia de Sant Pau del Seminari se entrelaza con leyendas y realidades documentadas. Algunos autores medievales pensaban que el apóstol Pablo predicó desde la roca sobre la que se construyó la capilla, aunque esta idea no ha podido confirmarse. Lo cierto es que el lugar tiene un fuerte simbolismo cristiano, y no es casualidad que se dedicara precisamente a San Pablo. 

Seminario Pontificio dee Tarragona WIKIPEDIA

Un espacio de asistencia

En el siglo XIII, ya aparece mencionada en un documento de 1233 que recoge los nombres de los “preveres infermers” encargados de atender a los canónigos enfermos. Todo apunta a que en su entorno había una comunidad dedicada a la asistencia de religiosos, lo que explica tanto la advocación como la ubicación de la capilla.

Con la construcción del nuevo Seminari Pontifici en 1883, la capilla quedó engullida dentro del conjunto, en un ángulo del patio interior. Desde entonces, no es visible desde la vía pública, y solo accediendo al recinto puede uno descubrirla. La paradoja es que esta capilla, uno de los ejemplos más antiguos del románico tarraconense, haya quedado escondida por el desarrollo posterior del propio recinto religioso que la debería proteger.

Cómo llegar

Quien quiera acercarse a conocer esta capilla, puede hacerlo con facilidad. Tarragona está conectada en tren con las líneas R15 y R16 de Rodalies. Desde Barcelona, le viaje es de apenas una hora y cuarto.

En coche, lo mejor es ir por la autopista AP-7 hasta la salida de Tarragona. De allí, al centro de la ciudad hay cinco minutos y el trayecto es de una hora.