Réplica del dragón de Gaudí del Park Güell

Réplica del dragón de Gaudí del Park Güell JOAN COLÁS

Historia

Parece el Park Güell, pero está a las afueras de Barcelona: tiene un dragón y es el secreto mejor guardado de la periferia

Esta zona de la periferia de la capital catalana guarda grandes tesoros como un misterioso castillo de los años 60

También te puede interesar: El pueblo costero de Cataluña donde se come muy bien: por menos de 20 euros y a 40 minutos de Tarragona

Publicada

Noticias relacionadas

El dragón de Gaudí es un icono de Barcelona. Majestuoso, colorido, recubierto de trencadís y reposando con aire solemne en la escalinata del Park Güell, esta criatura fantástica se ha convertido en una postal obligada de la ciudad. No solo es arte; es un símbolo. 

La fuerza de su mirada, la textura de sus escamas cerámicas y el misticismo que lo rodea lo han llevado a aparecer en películas de Woody Allen, campañas publicitarias, camisetas, postales y, obviamente, pequeñas figuras de souvenir. Un final que ni el mismo Gaudí hubiera imaginado en su día.

Sea como sea, este dragón forma parte de la imagen de la ciudad. Sus colores, su cara, su ubicación y su carga simbólica lo han hecho especial. Tanto es así, que tiene sus réplicas. Y no muy lejos del Park Güell.

Una ciudad de la periferia de Barcelona esconde en secreto una réplica exacta en uno de sus parques. No está oculta, al contrario, pero aun así sorprende a todo aquel visitante y vecino al verla por primera vez.

Dónde está el dragón de Gaudí

Pocos imaginan que ese dragón tiene un doble, en un lugar donde el turismo masivo no ha puesto todavía sus garras. Se trata del Parc de les Morisques, en Sant Quirze del Vallès, un municipio discreto que se encuentra a las afueras de Sabadell y que guarda entre sus senderos un pedazo de modernismo inesperado.

Rodeado de árboles, con caminos que invitan a pasearse, pero sin mucha sombra y un pequeño estanque que recoge las aguas de un manantial natural, Les Morisques tiene muy poco que ver con el Park Güell. Eso sí, es un pulmón verde fundamental en la periferia de Barcelona.

Cómo es la escultura

Sin embargo, allí está el dragón de Gaudí. Bueno, su réplica. Una reproducción de esta famosa creación, que también está ligeramente inclinado como si bajara las escaleras inexistentes de un parque que no es en el que está.

Aun así, allí está él. Con la misma mirada serena que su hermano mayor en el Park Güell. Aquí, en cambio, no hay colas, ni flashes, ni vendedores de imanes. Solo el dragón, el verde del parque y el rumor del agua.

Réplica del dragón de Gaudí del Park Güell

Réplica del dragón de Gaudí del Park Güell JOAN COLÁS

Un parque con arte

Esta no es la única sorpresa que esconde el Parc de les Morisques. En su interior también descansan otras esculturas como la "Dona del Neolític" o la obra “Continuum” del artista Tom Carr.

Y es que este pulmón verde es un espacio donde los vecinos respiran aire fresco y un poco de arte. Este es el punto de encuentro de los vecinos, pero también el escenario de conciertos, celebraciones y juegos infantiles que se dan a lo largo del año. 

Cómo es Sant Quirze

Y tampoco es lo único a destacar de Sant Quirze. Más allá del parque, el pueblo conserva joyas arquitectónicas y espacios que merecen ser destacados. En el Carrer Nou o el Carrer Vila Puig, las casas de pueblo restauradas mantienen viva la esencia de un núcleo urbano que se ha desarrollado sin renunciar a su historia. La Masia de Can Feliu, rodeada de prados y caminos peatonales, ofrece una postal bucólica a pocos metros del centro. En su interior se celebran hoy actividades culturales y comunitarias.

Esta vida es fruto de su historia. Sant Quirze también fue tierra de veraneo para las clases acomodadas de Sabadell. En el Carrer de les Magnòlies aún se conservan algunas de estas torres señoriales que mezclan modernismo y noucentisme en un equilibrio casi perfecto. 

Qué ver

Muy cerca, la Patronal, antigua sede social de las élites locales, conserva la elegancia de los años 20, mientras que el Castell de les Fonts, recuerda el pasado medieval de este municipio. Y eso que la fortaleza fue erigida en los años 60

Incluso el arte religioso tiene su espacio en la Iglesia parroquial de Sant Quirze i Santa Julita, un templo que hunde sus raíces en el año 1013 y que guarda aún restos del campanario románico original, ocultos bajo una reforma del siglo XX. Pasear por su entorno es hacerlo por siglos de historia catalana condensados en piedra, madera y silencio.

Cómo llegar

Llegar a Sant Quirze del Vallès desde Barcelona es fácil. En tren, basta con tomar la línea S2 de Ferrocarrils de la Generalitat (FGC) en dirección a Sabadell y bajar tras pasar la ciudad. A escasos minutos caminando de la estación está el Parc de les Morisques. Se tarda media hora en hacer todo el trayecto.

En coche son diez minutos menos, aunque depende de qué día y a qué hora se vaya. Desde la ciudad condal se puede lleegar por la C-58 o la B-30.