
Fotomontaje Ada Parellada y puerros
El aviso de Ada Parellada sobre cómo aprovechar un puerro: "Tirar cualquier parte es un pecado"
Un alimento muy bueno que ayuda a prevenir varias enfermedades y muy versátil en la gastronomía mediterránea
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Seguir los consejos de chefs reconocidos no solo nos ayuda a mejorar nuestras habilidades culinarias, sino que también nos conecta con la riqueza de la gastronomía. Por ejemplo, Ferran Adrià destaca la importancia de la precisión en la cocina, señalando que incluso en platos salados es esencial medir los ingredientes para evitar errores comunes que pueden arruinar una receta.
Incorporar estos tips en nuestra rutina culinaria nos permite explorar nuevos sabores y técnicas, haciendo de la cocina una experiencia más gratificante y creativa. Además, al aplicar prácticas como la planificación de comidas y el uso de alimentos frescos, pueden llegar a mejorar nuestro bienestar general.
El consejo de Ada Parellada
El consejo revelador que nos expone la cocinera catalana, Ada Parellada, es cómo aprovechar todas las partes de un puerro, un truco indispensable que no podrás dejar de utilizar: "¡Tirar cualquier parte del puerro es un pecado!". Evitar el despilfarro alimentario empieza por aprovechar todas las pequeñas cosas de un producto; en este caso, el puerro.
Por ejemplo, con la parte blanca se puede hacer una magnífica Vichysoise o crema caliente en invierno; con la parte que verdea es ideal para añadir a los sofritos; y con la parte más verde se tiene que ir guardando en el congelador para añadir a todos los caldos, ya sean de carne, pollo, pescado o verduras. Con un único puerro se puede hacer un plato digno de restaurante que además de delicioso tiene una pinta fabulosa.

Crema de verduras
He aquí una sencilla receta con puerros. Estos son los ingredientes:
- 1 puerro.
- 100 ml de aceite de girasol.
- Aceite de oliva.
- Sal.
- Pimienta blanca.
- 150 g. de queso azul (o un queso subido al gusto, como el de cabra).
Para su elaboración; separaremos el puerro en las tres partes: blanca, verdosa y verde. Pondremos una olla con agua al fuego. Añadiremos una cucharadita de sal. Cuando rompa el hervor, pondremos la parte verde del puerro. Coceremos 3 minutos. Sacaremos e, inmediatamente, sumergiremos en agua y hielo. Trituraremos con el aceite de girasol y sal. Colamos y reservamos.
Después, aprovecharemos el agua para hervir la parte blanca del puerro cortada a trozos. Tienen que cocer 5 minutos. Retiramos y reservamos. Picaremos la parte verdosa del puerro y la sofreiremos a fuego lento con un chorro de aceite y sal. En la misma sartén donde hemos hecho el sofrito, doraremos a fuego medio-alto las partes blancas del puerro hasta que tomen un color subido y bonito. Si tenemos la suerte de que las raíces son muy frescas, las lavaremos, enharinaremos y freiremos en aceite caliente. Las salamos recién fritas.
Si las raíces son tirando a secas, las sumergiremos en agua para hidratarlas durante una hora, las secaremos, las enharinaremos ligeramente y las freiremos en aceite caliente. Montamos el plato. En la base ponemos una buena cucharada de salsa verde. Encima pondremos los trozos de puerro blanco pasado por la sartén. Encima pondremos el sofrito de puerro y acabaremos con las raíces fritas. Para aumentar el sabor del plato, acabaremos con el queso azul.
Beneficios del puerro
Comer puerro con regularidad, sobre todo en su temporada natural, es una forma de mejorar la calidad preventiva y terapéutica de la dieta.
El aceite esencial del puerro es expulsado en parte por los pulmones, lo que tiene un beneficioso efecto microbicida en resfriados o bronquitis. Asimismo, la presencia de sustancias mucilaginosas y expectorantes contribuye a mejorar faringitis, laringitis, afonías y bronquitis.
Al ser alcalinizante y diurético debido a la elevada presencia de potasio y baja en sodio, comer esta hortaliza en casos de reumatismo, artritis o gota puede ayudar a las articulaciones inflamadas.
Por sus cualidades diuréticas, ayuda a disminuir la tensión arterial elevada. Asimismo, la aliína –el principio activo que también contienen el ajo y la cebolla– contribuye a reducir el colesterol sanguíneo, especialmente el llamado "malo" o LDH.

Puerro cortado
Los folatos y los polifenoles neutralizan, por su parte, los radicales libres. Esto previene la formación de placas ateromatosas en las paredes arteriales, la angina de pecho y el infarto.
Previene la formación de varices y otros trastornos venosos por su beneficiosa acción sobre los vasos sanguíneos (preserva su flexibilidad) y sus propiedades fibrinolíticas (fluidifica la sangre, lo que evita la formación de trombos).
Ayuda a combatir la presencia de hongos y bacterias patógenas gracias a sus sustancias microbicidas. La fibra y el mucílago también estimulan el tránsito intestinal, lo que alivia el estreñimiento y evita flatulencias.
La presencia de folatos contribuye al correcto desarrollo fetal, sobre todo en las primeras semanas de gestación. La mayoría de embarazadas toma suplementos de ácido fólico, pero es igualmente bueno incluir esta hortaliza en la dieta.