
Investigador de los Mossos d'Esquadra durante el registro en casa de Teófilo L.M.
La red de pederastas del ‘Pelicot catalán’ destapa “un mercado de prostitución infantil en internet”
Los expertos aseguran que las redes sociales tienen la capacidad técnica de poder alertar a las autoridades para que actúen de oficio. Sin embargo, lamentan que no lo hacen
Contenido relacionado: La red de pederastas del ‘Pelicot catalán’ prostituía a los menores a cambio de dinero, regalos y drogas
Noticias relacionadas
Una red de formada por al menos 30 pederastas. Como mínimo, 25 menores violados y prostituidos. Más de 12.140 archivos de pornografía infantil y, por ahora, tres procesos judiciales en marcha.
Hace un año que los agentes del Área Central de Cibercrimen de los Mossos d'Esquadra dieron por desarticulada la red encabezada por Teófilo L. M., el electricista de 48 años señalado por ser el instigador de toda esta trama. En su inmueble, ubicado en el distrito barcelonés de Ciutat Vella, se cometieron decenas de violaciones que, además, eran grabadas y compartidas en video.
Sin embargo, y “a pesar de que se trata de un éxito policial”, la realidad es “triste y preocupante”. Así lo confesaron en rueda de prensa el inspector Josep Antoni López Garzón, jefe del Área Central de Cibercrimen, y el caporal David López. “Hablamos de unos hechos delictivos muy graves que, lamentablemente, siguen sucediendo en nuestra sociedad”, reflexionaba el inspector.
La dimensión del problema
De este modo, el éxito de la investigación quedó nublado por una realidad que preocupa, y mucho, tanto a cuerpos policiales como a expertos en ciberseguridad
El inspector y el caporal de Mossos fueron claros: este caso ha permitido destapar "un mercado encubierto de prostitución infantil en internet". Un fenómeno delincuencial muy difícil de investigar, aseguraron, por la falta de denuncias. "Todavía hay mucho sentimiento de culpa, mucha vergüenza y mucho miedo", aseveraban los mandos policiales.

Material incautada en casa de Teófilo, el principal acusado de la trama 'Pelicot catalán'
Y se le añaden complicaciones pues, a pesar de que todos estamos obligados a advertir a las autoridades sobre la presencia de menores en ciertos espacios de internet, como pueden ser las aplicaciones de citas para adultos, "lo cierto es que no hemos recibido ninguna denuncia al respecto", lamentaron los investigadores en rueda de prensa.
De hecho, reconocieron que es a raíz de investigaciones como esta, bautizada por los medios como el caso 'Pelicot catalán', cuando los agentes expertos en cibercrimen se dan cuenta de la dimensión del problema.
El lado más oscuro de internet
Una dimensión y un problema que el sector privado de la ciberseguridad hace mucho tiempo que viene denunciando. Un ejemplo de ello es Selva Orejón, ciberinvestigadora, experta en reputación digital, y CEO de OnBranding.
Orejón, que por su trabajo se pasa horas navegando por el lado más oscuro de internet, lleva años advirtiendo de la peligrosa realidad que se esconde tras las redes sociales y otras aplicaciones digitales, como las de citas.
Al margen de las estafas y las suplantaciones de identidad —delitos que se han convertido en el pan nuestro de cada día—, estos espacios virtuales se han convertido en el lugar idóneo de los depredadores sexuales para captar nuevas víctimas. La falta de control por parte de las plataformas ("aunque también de los padres") ha dado vía libre a estos delincuentes.
Asimismo, los menores, según explicaba la abogada Marta Masip, muchas veces ajenos a los peligros de la red, aceptan ciertas dinámicas sin ser realmente conscientes de las consecuencias. "Han aumentado los perfiles falsos de depredadores sexuales para acercarse a los menores, los engañan con la edad para ganarse su confianza y pedirles fotografías o videos de contenido sexual", señala la letrada.
Una práctica que, sin suponer un encuentro íntimo, ya alimenta este mercado encubierto de pornografía infantil en internet del que alertaban, preocupados, el inspector López Garzón y el caporal David López.
Seguridad 'versus' privacidad
Y, para Selva Orejón, el debate vuelve a centrarse en seguridad versus privacidad. Según ha podido constatar la fundadora de OnBranding, "las plataformas sociales (redes, mensajería…) tienen la capacidad técnica de poder alertar a las autoridades para que actúen de oficio".
Es más, añade que, en ocasiones, estas plataformas y redes sociales han compartido datos con los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado que "ni con órdenes judiciales se comparten de forma tan completa". Pone un ejemplo: "para evitar suicidios".

Momento de la detención de uno de los sospechosos de la red del caso 'Pelicot catalán'. Barcelona
Por lo tanto, no se explica cómo, en casos de pederastia y pornografía infantil, estas aplicaciones no están actuando para detectar conversaciones o conductas sospechosas y alertar a los cuerpos policiales. "No podemos tolerar que la salud emocional y mental de los más jóvenes sea vapuleada de esta forma. Habrá heridas que serán muy muy difíciles de tratar, y lo que más duele es que habiendo podido ponerle remedio antes, no se haya hecho", sentencia Orejón.
"Una acaba asumiendo que, con todos los casos que hay, no se podrá acabar con esta lacra, pero mientras se pueda minimizar el daño, el riesgo y la exposición, hay que hacerlo" concluye la experta.
Entonces, ¿nos vigilan?
La fundadora de OnBranding lo tiene claro: "todo el mundo me dice siempre que nos vigilan... y mira, para ofrecernos publicidad seguro que sí, pero para estos casos, a la vista está que no". Al igual que los dos mandos policiales que han liderado la investigación del caso del 'Pelicot catalán', Selva Orejón asegura que "por desgracia" el problema es mucho más de lo que vemos: "Esto es sólo la punta del iceberg".