No es el Trabucador: esta es la playa más larga de Cataluña

Cataluña es teatro, es cultura, es fiesta y playa. Aunque algunos no les guste, los más de 600 kilómetros de costa atraen cada año a millones de turistas en busca de un lugar donde broncearse y relajarse.

Playas hay para dar y tomar: calas de aguas cristalinas y escondidas entre acantilados en la Costa Brava, extensiones urbanas junto al paseo marítimo de la costa de Barcelona, o arenales amplios y dorados en la Costa Daurada.  

En este mosaico de playas, siempre emerge una pregunta recurrente entre los bañistas habituales: ¿mejor la intimidad de una cala o la libertad de una gran playa abierta? 

Hay quienes prefieren las calas pequeñas, donde el mar es más transparente, los sonidos se apagan y se puede nadar casi en soledad, como en Aiguablava, Cala Sa Boadella o Cala Fonda. Estas requieren a menudo caminar por senderos, madrugar para encontrar sitio y prescindir de comodidades. 

Dónde está

En el otro extremo están quienes optan por el confort de una playa amplia: más espacio para la toalla, mejor acceso, servicios, restaurantes cerca y la posibilidad de pasear por kilómetros de orilla. Es en esta segunda categoría donde brillan las playas de la Costa Brava como Roses, las de la Costa Daurada como la del Miracle (Tarragona), y ya en la del Fangar o la del Trabucador.

Estas playas últimas siempre han sido vistas por muchos como las más grandes y largas de Cataluña. La extensión que les ofrece situarse en el entorno del Delta del Ebro hace propicia la extensión de los arenales. En cambio, la playa más larga de la comunidad encuentra muy cerca de Barcelona, en el Maresme.

La playa más larga de Cataluña

La Platja de l’Astillero, en Vilassar de Mar, ostenta el ser considerada como la playa más larga de toda Cataluña. Con una longitud de unos 9,5 kilómetros, recórrela hace que el bañista se ponga en forma.

Lo mejor de todo no es solo su tamaño. Al no ser tan célebre como otras playas del Maresme, su tranquilidad y facilidad de acceso la convierten en un verdadero refugio para quienes buscan espacio y calma sin tener que alejarse demasiado de Barcelona.

Su extensión permite recorrerla de punta a punta sin apenas interrupciones, en un paseo costero que combina tramos urbanizados con zonas más abiertas. El arenal es perfecto para caminar por la orilla con calma, hacer deporte o simplemente disfrutar del horizonte sin aglomeraciones. 

Si es así es, precisamente por su tamaño. Sus dimensiones permiten que pueda haber mucha gente sin quedar concentrada toda en un mismo lugar. Por eso es la elección ideal para quienes huyen de playas saturadas. 

Espacio para todos (y para todo)

Aquí es posible estirarse al sol sin preocuparse de que alguien coloque la sombrilla a menos de un metro, y también permite actividades como correr, jugar a las palas o al vóley sin molestar al vecino. ¡Y sin renunciar a los servicios básicos y al confort de una playa urbana!

A lo largo de sus más de 9 kilómetros, el visitante encontrará una playa completamente equipada. Dispone de duchas y lavapiés distribuidos en distintos puntos, aseos públicos (especialmente en verano), papeleras y un servicio regular de limpieza que mantiene la arena en buen estado. 

Fácil acceso

Además, su acceso es sencillo tanto en coche como en tren, y el paseo marítimo que la acompaña está salpicado de chiringuitos y locales donde comer o tomar algo sin necesidad de alejarse de la orilla.

Por último, destacar que la playa también está adaptada para todo tipo de público, con accesos habilitados para personas con movilidad reducida y zonas tranquilas para familias con niños.

Otras playas largas de Cataluña

Esta playa del Maresme es la más larga, sí, pero no desmerece a otras más pequeñas o de gran tamaño. La famosa playa del Trabucador, en pleno Parque Natural del Delta del Ebro, ofrece en sus 6,5 kilómetros de arena, una vista única. Se trata de una lengua estrecha de arena que se adentra en el mar de una fotogenia increíble. 

En la Costa Brava hay otra de un tamaño parecido, la playa de Sant Pere Pescador. Ubicada en el Alt Empordà, se extiende a lo largo de 6 kilómetros y es célebre por su entorno natural y por ser un paraíso para los deportes acuáticos, especialmente el kitesurf. 

Cómo llegar

Sin embargo, tanto Sant Pere Pescador como el Trabucador están en desventaja –o ventaja, depende cómo se mire– con la de l’Astillero por un factor clave: la conexión. A la playa de Vilassar se puede llegar en tren con la línea R1 de Rodalies. Son 45 minutos desde Barcelona.

También se puede ir en coche y se tarda media hora. Se va por la autopista C-32 en dirección a Mataró y se toma la salida 92 hacia Vilassar de Mar hasta la playa.