
Tunel gaza primavera Barcelona
He entrado en el 'túnel de las sensaciones de Gaza' y este es el resultado: "Parece una atracción de PortAventura"
La instalación pasa desapercibida e ignorada por muchos asistentes al evento a pesar de estar situada en la entrada
El Primavera Sound (PS) ha colocado en la entrada del recinto del Parc del Fórum de Barcelona un 'túnel de las sensaciones de Gaza', con la voluntad de concienciar sobre la situación que sufre el pueblo gazatí ante los bombardeos y constantes ataques de Israel.
Lo hace, además, en un contexto particularmente delicado para otros festivales de música de la ciudad, como el Sónar o el Brunch Electronik. Estos eventos están viendo cómo varios artistas, locales gastronómicos e incluso el público, han declinado acudir debido a que pertenecen a un fondo de inversión en el que uno de los consorciados (KKR) es proisraelí.
La noticia del túnel ha pillado a muchos por sorpresa. Incluso al propio público del Primavera. Son muchos los que, al conocer la noticia, tildaron la iniciativa de “mamarrachada” y de “frivolidad”, incluso cuando el PS ni siquiera había abierto sus puertas.
El 4 de junio fue la sesión inaugural, y un día después arrancaba de verdad el evento con una cabeza de cartel que tiñó el Parc del Fòrum de verde, Charli XCX. Ahí, el ‘túnel de las sensaciones de Gaza’ se ponía a prueba.
Quién se encarga de la instalación
Situado tras pasar los primeros controles, a mano izquierda y antes de la zona de los food trucks, se percibe una estructura negra. Un contenedor de 15 metros de largo donde se pueden leer dos mensajes en letras amarillas: Unsilence Gaza, que es el título que lleva la propuesta diseñada por el ingeniero palestino Oussama Rima, auspiciada por el festival y organizada por las ONGs Casa Nostra Casa Vostra y Novact, y “When everything blows up, don’t hide the silence”.
El segundo mensaje significa en castellano “cuando todo estalla, no escondas el silencio”. Una consigna dirigida a no olvidar el terror que se vive en Gaza. A su vez, que no haya una traducción pone en evidencia un hecho claro: el Primavera está hecho, cada vez más, para el público internacional, no tanto para el local. De hecho, el inglés es la lengua oficial y mayoritaria entre los asistentes.

Instalación del tunel de las sensaciones de Gaza en el Primavera Sound EFE
Entre la ignorancia y el desconocimiento
Dos personas de la organización custodian la entrada y salida del recinto. Un contenedor en el que muchos ni se fijan. “¿Qué instalación”, “¿qué túnel?”, “¿dónde está?”. Estas son las principales respuestas que se ha encontrado Crónica Global al tratar de recoger las impresiones sobre Unsilence Gaza.
Otros sí estaban al corriente, pero una gran mayoría afirma que "no he ido” o “todavía no he pasado”. Otros, directamente, admiten no haberlo visto. “Pues igual después nos pasamos”, señala un asistente.
Observar a lo largo del día qué sucede cerca del ‘túnel de las sensaciones de Gaza’ evidencia estas respuestas. Hay gente que va a lo que va, al festival de música. Pasa el control de acceso y enfila directo hacia la entrada, hacia las míticas letras iluminadas que bailan sobre una estructura metálica y que pone de manifiesto dónde se va, al Primavera Sound. Y allí sí paran. Para hacerse la foto de rigor.
Los que al entrar se dirigen hacia su izquierda, donde se encuentra Unsilence Gaza, en la mayor parte de los casos ni lo ven. Como mucho observan qué han puesto ahí y ni reparan en qué es. Lo observan al pasar y poco más. En cambio, cuando llegan a una instalación de las Supernenas, allí están la mayoría haciéndose fotos.
Como un parque de atracciones
Los hay que sí prestan atención al túnel. Sacan fotos, algunos preguntas al personal de la entrada sobre “¿qué es esto?” Y son pocos, muy pocos, los que deciden entrar. Y luego sí, están los que voluntariamente no se quieren perder la experiencia.
El resultado al salir es dispar. Para un asistente que entró "por accidente" resulta "inútil, pero perturbador". Otra, que viene cada año, tiene dudas, y matiza "no sé si es el lugar”. “Me parece un poco una atracción de PortAventura”, compara una chica que tímidamente apunta que “está bien".

Asistentes al Primavera Sound EP
Esa es la respuesta generalizada. Un correcto “está bien”. Claro que quienes entran, en su mayoría, ya están concienciados del problema que se está viviendo. Aunque no son tan pocos los que, a pesar de apoyar la iniciativa, no dudan en tildarla de “frivolidad”.
"No entiendo qué hace aquí. O sea, ¿la gente se emborracha y luego va a darle pena por Gaza? Pues no lo entiendo", sentencia el joven que entró por error.
Cómo es el 'túnel de las sensaciones de Gaza'
Es cierto que él, como otra gente que sí entra, quedan “muy impactados”. "Si te pones en su piel y escuchas eso todo el rato, debe crear bastante estrés", señala una menor que ha entrado con su madre y amigos.
Los ruidos de los aviones y drones a gran volumen y el sonido de las bombas, una vez dentro de la instalación, es ensordecedor. ¿Duro? ¿Impactante? Eso va en función de cómo lo viva cada cual.
Público concienciado, sin entrar
Los sonidos se repiten en loop cada dos minutos, pero la media de tiempo que pasa la gente allí no supera el minuto. En ocasiones, ni los 30 segundos. Sus 15 metros de distancia se caminan en un breve instante. Y, al salir, la gente sigue con su vida, en busca de las amigas y amigos y del escenario donde toca su banda favorita.
La ignorancia acerca de la instalación y la indiferencia que genera es palpable. Pocos son los que entran, por mucho que lo sepan y piensen que “es necesario”, e incluso que no está de más, en un festival "donde la gente se lo va a pasar bien, recordar que, aparte de la diversión, hay cosas que tampoco se tienen que olvidar”, como apunta otra visitante que reconoce no haber ido al túnel.

Tunel gaza primavera Barcelona
Otros no han entrado porque tienen “mixed emotions”, como dicen los ingleses. Por un lado, ven que no consideran que sea “una frivolidad poner este túnel aquí”, pero ni han entrado o, directamente, no se habían ni enterado de su existencia.
Los hay que sí lo sabían y tienen muy claro que no piensan. No le encuentran sentido a que esta instalación esté aquí. Consideran que “no es el lugar”. Lo cierto es que, se esté a favor o en contra, la afluencia de público en Unsilence Gaza brilla por su ausencia.
Lo más normal es entrar y que no haya nadie. Y ya, pasadas las 22.30 h de la noche, aún menos. Permanece abierto, pero la gente ya está por otras cosas. En los conciertos, que es por lo que han pagado la entrada.