Se buscan vecinos: el misterioso pueblo de Tarragona donde puedes comprar una casa de más de 370 metros cuadrados por 90.000 euros

En Cataluña hay decenas de pueblos que no superan el millar de habitantes. Algunos no llegan a los 100. Son las consecuencias del atractivo de las ciudades y de la situación en el entorno rural, por eso muchos de ellos buscan vecinos. Algunos más activamente que otros.

En Tarragona no hay ninguno que reclame abiertamente que se acerquen a visitarlos o a vivir, pero, si uno se fija en las ofertas inmobiliarias, detecta casas y pisos vacíos que piden a gritos que alguien entre a vivir. Vaya a vivir.

Uno de esos enclaves es Pratdip, un pequeño municipio de la provincia de Tarragona que ronda los 750 habitantes. Situado en el interior del Baix Camp, entre montañas y bosques, el pueblo mantiene su estructura medieval y el ambiente propio de los antiguos pueblos catalanes. 

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Calles estrechas, casas de piedra y una atmósfera serena que se aleja por completo de la vorágine de la costa, aunque la tenga a tan solo unos kilómetros. Su tamaño reducido no impide que disponga de los servicios básicos para el día a día, ni que sea una alternativa real para quienes buscan algo distinto.

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Precisamente en el centro de este pueblo se encuentra una de esas oportunidades inmobiliarias que llaman la atención. Se trata de una casa de más de 370 metros cuadrados construidos que ha salido al mercado por solo 90.000 euros. 

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La propiedad, de tres plantas, muros de piedra y estructura sólida tiene un gran potencial, ya sea para una familia numerosa, un proyecto turístico o un retiro creativo en plena naturaleza. Y es que su gran tamaño ofrece muchas posibilidades.

Estas son las posibilidades del lugar

Lo primero que a uno se le viene a la cabeza es la idea de montar una casa rural. La vivienda, de estética rústica y con detalles arquitectónicos originales, da pie a pensar en esta opción, pero también puede ser una gran casa o segunda residencia.

Casa de Pratdip IDEALISTA

Si bien hay zonas que necesitan reformas, su superficie, distribución y ubicación ofrecen un amplio margen de transformación. Otros, ya están completamente acondicionadas.

Así es la casa en este pueblo de Tarragona

La planta baja cuenta con varios espacios diáfanos que podrían convertirse en zona de estar, cocina-comedor o estudio. En los pisos superiores, varias habitaciones y estancias dan forma a un hogar que puede adaptarse a diferentes usos. 

Además, la casa dispone de terrazas con vistas al entorno montañoso y mucha luz natural, elementos poco habituales en viviendas urbanas de precio similar. Todo ello dentro de un casco urbano que conserva la identidad rural sin renunciar a la comodidad.

Interior de una vivienda IDEALISTA

Cómo es Pratdip

El pueblo es conocido por sus leyendas populares. El mismo nombre del pueblo ya contiene una en su interior. Cualquiera que sepa un poco de catalán sabe que Prat es prado, pero ¿dips? Bien, cuenta el mito fundacional del municipio que los dips eran unos perros vampiro que habitaban en la zona. Tanto es así que han montado una ruta para descubrir más sobre estos misteriosos seres. 

La historia y la mitología se dan de la mano en este pequeño municipio. En el núcleo urbano destacan el antiguo castillo, hoy en ruinas pero aún visible sobre una colina, y la iglesia de Santa Maria, construida entre los siglos XII y XIII. 

Qué hacer: fiestas y actividades al aire libre

Las fiestas locales, los mercados ocasionales y la vida en comunidad mantienen vivo el carácter del pueblo, que combina tradición con nuevas dinámicas. Pero hay más.

Balcón de una casa IDEALISTA

Pratdip cuenta con un entorno natural privilegiado, ideal para el senderismo, las rutas en bicicleta o simplemente el descanso. Los paisajes del entorno forman parte del Espacio Natural Protegido de la Serra de Llaberia, donde es habitual ver masías, campos de cultivo y caminos rurales apenas transitados.

Cómo llegar

Quien esté interesado en tener una casa allí o conocer más acerca de esta historia puede acercarse en coche. Desde Tarragona, el trayecto es de unos 40 minutos. Se toma la T-11 y la T-310, pasando por Reus y l'Hospitalet de l'Infant, aunque el acceso final se realiza por carreteras secundarias en buen estado.

Desde Barcelona, el viaje por ya es de una hora y media. La ruta más habitual es la autopista AP-7 en dirección sur, con salida en Cambrils, para luego continuar por la T-310.