
Huelga de trabajadores de Freixenet Barcelona
ERE de Freixenet: las 15 horas frenéticas que tuvieron en vilo al sector del cava
La prolongada y masivamente secundada huelga ha sido un factor clave para desbloquear un proceso en el que los trabajadores no han podido franquear la línea roja del carácter permanente del ajuste
Más información: Principio de acuerdo para el ERE de Freixenet: se reduce un 15% la afectación y las bajas serán voluntarias
El pasado 3 de junio fue el día en el que el sector del cava vivió peligrosamente. Buena parte del futuro de uno de los productos que sitúa a Cataluña y el conjunto de España en todo el mundo estuvo sobre la mesa en última reunión entre la dirección de Henkel Freixenet y los sindicatos a propósito del ERE planteado por el grupo. 15 horas intensas y frenéticas en un encuentro que comenzó antes del medio día del martes y finalizó ya en miércoles. Eso sí, con principio de acuerdo.
Algo que no parecía factible escasas horas antes, cuando las posturas parecían más alejadas que nunca. Así se había hecho palpable en la protesta de los trabajadores frente a la sede del Parlament del pasado jueves, cuando apenas restaban dos reuniones para concluir el proceso negociador.
Además, la reunión clave del martes se iniciaba con el anuncio por parte de los sindicatos de que la huelga convocada días atrás relacionada con el ERE se extendería hasta el próximo 10 de junio. Para entonces los trabajadores de Freixenet y Segura Viudas, las dos empresas afectadas por el ajuste, acumulaban seis días consecutivos de paro. De completar el calendario, se irían hasta los once.
Fuentes próximas a las negociaciones no dudan en señalar que el factor de la huelga ha sido una de las claves para que ambas partes se sentaran el martes con la intención de no levantarse hasta no haber cerrado un pacto. Aunque fuera de mínimos.

Las instalaciones de Freixenet
En el grupo ha sorprendido tanto la duración de los paros (previsto en principio para cuatro jornadas, con dos prórrogas posteriores) como, sobre todo, por la adhesión masiva.
La unión demostrada por las plantillas y el sacrificio económico han servido para poner de manifiesto que no se trataba de un proceso cualquiera. “Lo han pasado mal, eran ya muchos días sin sueldo y aún pensaban prolongarlo. Ha sido una huelga histórica, nunca vista antes en el sector”, apuntan las citadas fuentes.
La polémica deslocalización
La situación tampoco era ideal para la compañía. Los paros amenazaban con hacer aun mayores los efectos negativos de la sequía en la producción. Y, además, el coste de imagen comenzaba a ser un factor a tener en cuenta.
A lo largo del proceso, la actitud de Henkel Freixenet ha sido tachada de inmovilista. La propuesta más llamativa que puso encima de la mesa fue reducir el tamaño del ajuste (como finalmente hará) y enviar a los trabajadores que se restaban del ERE a los centros productivos del grupo en Alemania e Italia.

Lejos de allanar el camino hacia el acuerdo, la oferta soliviantó a las plantillas, que la consideraron poco menos que ofensiva.
La presión de los sindicatos ha terminado por lograr ese recorte de 26 trabajadores en el total del ERE. Y también, que se observen criterios de voluntariedad, así como de antigüedad y edad, hasta el punto de que para aquéllos de entre 55 y 60 años habrá prejubilaciones.
Línea roja infranqueable
Pero la línea roja que no han sido capaces de superar ha sido la del carácter permanente de la medida. Pese a que el motivo dado por la compañía para justificar el recorte ha sido el de los efectos de la sequía, en ningún momento ha contemplado una medida de carácter temporal, tal y como le solicitaban los trabajadores.
Tanto es así que las condiciones económicas para los que se acojan finalmente al ERE superan con creces los mínimos establecidos por la normativa laboral para los casos de despido improcedente.
Dificultades pese al acuerdo
Es decir, un esfuerzo económico adicional a cambio de que el proceso sea de extinción de empleo y, por lo tanto, los costes laborales también queden convenientemente ajustados, con independencia de circunstancias coyunturales como las climáticas.
A partir de esas bases, cada elemento, cada detalle fue negociado con mimo, con precisión de cirujano; sin importar el tiempo que hubiera que dedicarle.
Pese al acuerdo final, el desarrollo del proceso y el resultado del mismo deja a las claras que el sector del cava atraviesa por dificultades. Ambas partes lo han manifestado con su actitud y estrategia en la negociación y con el resultado final. El acuerdo da paso a una nueva etapa y ha sido un desenlace preferible para todos a un proceso judicial. Sin embargo, se antoja insuficiente para resolver los problemas de tipo estructural que arrastra el sector.