Un grupo de 'skinheads', en el festival 'Chaos in the Sun' de 2024

Un grupo de 'skinheads', en el festival 'Chaos in the Sun' de 2024 Cedida

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Los Mossos cercan el mayor festival neonazi de España en Barcelona para evitar altercados

El evento ultraderechista 'Chaos in the Sun' reunirá a ultraderechistas de toda Europa en una masía del Maresme por tercer año consecutivo 

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El mayor festival de ideología neonazi que se celebra actualmente en España volverá a tener lugar este fin de semana en el litoral de Barcelona. Se trata del evento musical Chaos in the Sun, un concierto de bandas internacionales de ideología Oi! y ultraderechista, que por tercer año consecutivo reunirá a skinheads procedentes de toda Europa en una masía privada del Maresme, concretamente en el entorno de Santa Susanna (Barcelona). 

Pese al secretismo con el que se organiza, el cartel del festival ha vuelto a circular por redes sociales, donde se promocionan actuaciones de grupos vinculados a la extrema derecha y se anuncia una “nueva localización”, previsiblemente para despistar.

Los anfitriones, sin embargo, vuelven a ser el club motero Pawnees MC Maresme, vinculado al movimiento skinhead, con el que comparten simbología, estética y discurso identitario radical.

Refuerzo policial 

La Policía Local y los Mossos d’Esquadra preparan un dispositivo coordinado de refuerzo para garantizar la seguridad ciudadana y evitar posibles altercados, como los registrados en ediciones anteriores. Las fuerzas de seguridad aumentarán la presencia en las calles durante el fin de semana, en especial en el entorno de la masía, zonas de ocio nocturno y hoteles de Calella, donde están hospedados. 

Asistentes al festival 'Chaos in the sun'

Asistentes al festival 'Chaos in the sun' Youtube

Aunque los Mossos confirman que habrá vigilancia especial, fuentes policiales rebajan el nivel de alarma y recuerdan que los incidentes registrados en años anteriores fueron “mínimos” y no revistieron gravedad. Sin embargo, colectivos antifascistas del Maresme han vuelto a denunciar “la pasividad institucional ante actos donde se exhibe impunemente simbología nazi y se promueven discursos de odio”.

El evento vuelve a celebrarse bajo un clima de indignación social, por lo que los cuerpos policiales extremarán las medidas de contención para evitar enfrentamientos entre manifestantes antifascistas y asistentes al festival.

Indignación en Calella

En este contexto, y a pocos días del inicio del evento, ya se ha detectado la presencia de varios asistentes en la localidad de Calella, donde se alojan en un hotel del municipio. Su llegada no ha pasado inadvertida entre los vecinos, debido a la estética predominante entre el grupo, vinculada al movimiento skinhead y a la exhibición de simbología asociada a ideologías de extrema derecha.

Fuentes municipales confirman que el Ayuntamiento de Calella fue advertido hace días de la celebración del festival. En declaraciones a Ràdio Calella TV, el alcalde Marc Buch ha dejado claro que “no son bienvenidos”, a pesar de reconocer que algunos asistentes se están alojando en al menos un hotel de la ciudad.

Asimismo, son conscientes de que también han alquilado un local de ocio nocturno donde se prevé que se celebre una fiesta privada, como ya ocurrió el año anterior. Buch ha calificado de “lamentable” que haya empresarios “dispuestos a hacer negocio con este tipo de clientela que defiende posiciones totalitarias y ensucia la imagen de la ciudad”.

Respuesta del antifascismo 

En paralelo, entidades como la Assemblea de Joves d'Arenys de Mar, también situada en la comarca del Maresme, han alertado sobre la presencia de asistentes al festival en la zona y han hecho un llamamiento colectivo a "responder ante posibles actitudes conflictivas".

Cabe recordar que, tras la edición del año pasado, el Consell Comarcal del Maresme aprobó una declaración institucional en la que manifestaba su rechazo al fascismo y condenaba cualquier actividad que atente contra los derechos fundamentales o promueva el racismo, la xenofobia, los genocidios o la discriminación.

“Son incompatibles con una democracia real y deben ser rechazadas por la sociedad”, señalaba el acuerdo, que fue respaldado por Junts, ERC, la CUP, En Comú Podem, Ara Pacte Local y el PSC.