
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el presidente de la Generalitat de Catalunya, Salvador Illa (d) hacen una declaración en el marco de la XXVIII Conferencia de Presidentes que se celebra este viernes en el Palau de Pedralbes, en Barcelona
El PP dinamita la Conferencia de Presidentes y bloquea las políticas de vivienda
Díaz Ayuso tensionó la cumbre "de los pinganillos" con desplantes y críticas, mientras sus compañeros pedían adelanto electoral y el Gobierno trataba de abordar una respuesta a la emergencia habitacional
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Sin sorpresas. La Conferencia de Presidentes acabó sin acuerdo. La escalada de tensión entre el PP y el Gobierno de las últimas semanas ya auguraba poco entendimiento entre los presidentes autonómicos. Tampoco ayudó la inabarcable lista de puntos a tratar tras las presiones de los barones populares, que amenazaron con boicotear el acto si no se añadían sus propuestas al orden del día.
Lo que debía ser un espacio para la cooperación y el diálogo se convirtió en un cuadrilátero político. La Conferencia celebrada ayer en el Palau de Pedralbes de Barcelona terminó sin una sola medida pactada y con una conclusión que ya se intuía desde hace días. Y más a 48 horas de la nueva manifestación contra el Gobierno organizada por los populares.
Portazo a la vivienda
El Ejecutivo de Pedro Sánchez llegaba con la intención de alcanzar un pacto nacional por la vivienda. Una propuesta ambiciosa, con la que Sánchez planteaba triplicar la inversión, de 2.300 a 7.000 millones de euros, y blindar el parque público para futuras generaciones. El Estado asumiría el 60% del coste y las comunidades, el 40%. Pero la respuesta del PP fue un portazo. No solo no hubo pacto, sino que el bloque conservador se presentó a la cita con una actitud de confrontación que acabó desdibujando el objetivo del encuentro.
Según explican fuentes gubernamentales, el Gobierno tirará adelante el pacto con o sin acuerdo, que se asemejará a la aplicación de la ley de vivienda. Cada comunidad autónoma decidirá si aprovecha o no los recursos del Estado.

Pedro Sánchez encabeza la Conferencia de Presidentes en el Palau de Pedralbes Crónica Global Barcelona
Una propuesta que Salvador Illa aplaude. El presidente catalán estaba ansioso por explicar su política de vivienda, la más "ambiciosa".
Reivindicó la necesidad de actuar sobre el mercado inmobiliario, destacando medidas como la regulación del precio del alquiler, la adquisición de terrenos para levantar vivienda asequible, la simplificación de los trámites administrativos y una inversión de 2.000 millones de euros destinada a ampliar el parque público. Illa sacó pecho de que este tipo de políticas funcionan. "Después de un año aplicando la primera declaración de zona tensionada, el precio medio del alquiler en Cataluña ha bajado un 4,7% y en Barcelona, un 8,9%".
Más allá de la intervención de Illa, silencio.
Elecciones anticipadas
Los de Alberto Núñez Feijóo llevaban días amagando con boicotear la conferencia si no se incluían en la agenda temas como la inmigración, la "inquiokupación" o el sistema de financiación autonómico. Pero Pedro Sánchez no logró imponer su agenda para, ni siquiera, debatir.

Presidentes autonómicos durante la conferencia, entre ellos Salvador Illa Crónica Global Barcelona
A pesar de que el Gobierno cedió, los populares ya traían el discurso escrito de casa: el de una crítica frontal al Ejecutivo y una exigencia en bloque para que Sánchez convoque elecciones anticipadas. Una idea que éste rechazó.
El 'show' de Ayuso
La imagen institucional que Moncloa quería proyectar desde Barcelona quedó empañada por varios episodios de alto voltaje, protagonizados por Isabel Díaz Ayuso. La presidenta de la Comunidad de Madrid logró acaparar toda la atención mediática y reducir la conferencia a la “cumbre del pinganillo”, como se la recordará a partir de ahora.
Con su llegada ya marcó el tono de la reunión, con su frío y distante saludo al presidente catalán para después rechazar que la ministra de Sanidad, Mónica García, le diera dos besos y, con desdén, le espetó: “¿Vas a saludar a una asesina?”, en referencia a las declaraciones de Más Madrid por su gestión de las residencias durante la pandemia. La escena obligó a intervenir al personal de protocolo para reconducir la situación.

Salvador Illa e Isabel Díaz Ayuso protagonizan un saludo distante Crónica Global Barcelona
Horas después, Ayuso abandonó la sala cuando el lehendakari Imanol Pradales comenzó a hablar en euskera, y no regresó hasta que terminó la intervención de Illa, en catalán. Sin embargo, se quedó sola en su plantada a las lenguas cooficiales. Algunos mandatarios del PP expresaron su malestar por la actitud de Ayuso, calificando su intervención de espectáculo fuera de lugar.
Con esto, la presidenta de Madrid consiguió poner en el centro del debate el uso de las lenguas. Regresó a los pocos minutos, justo después de que el presidente gallego, Alfonso Rueda (PP), optara por hacer su intervención en castellano, aunque inició su saludo en gallego.
El 'perchero' de la cordialidad, vacío
El presidente del Gobierno había hecho un llamamiento al inicio de la cumbre: “Dejemos la crispación en el perchero”. Pero el perchero quedó vacío. Si bien durante la presencia del rey Felipe VI en el palacio de Pedralbes para presidir la tradicional foto de grupo logró calmar las aguas, tras la marcha del monarca la conferencia derivó en un clima tenso.
Un clima del que ya había advertido Illa el día anterior, alegando que alguno de los presidentes autonómicos —haciendo una referencia implícita a Ayuso— llegaba a Barcelona con intención de "reventarlo todo".
La utilidad de las conferencias
Desde el Gobierno lamentan que, por segunda vez consecutiva —la anterior cita fue en Santander hace seis meses—, no se haya alcanzado ningún compromiso común. En Moncloa ya asumen que, mientras el PP mantenga su estrategia de oposición total, las Conferencias de Presidentes seguirán siendo terreno estéril para el acuerdo. “El problema de la vivienda no se va a resolver sin cooperación entre administraciones”, insistió Sánchez en su intervención final.
María Chivite, presidenta navarra, expresó con claridad el sentimiento de frustración compartido por los barones socialistas: “Había interés por llegar a acuerdos en vivienda, pero intereses partidistas lo han impedido”.
Más de 20 encuentros
Para Pedro Sánchez, la ubicación de la cumbre en Barcelona tenía una carga simbólica: proyectar una imagen de estabilidad institucional en una ciudad marcada por el procés.
La Conferencia de Presidentes, nacida en 2004 como foro de cooperación territorial, corre el riesgo de convertirse en una cita sin contenido. José Luis Rodríguez Zapatero ya abandonó la idea tras comprobar que el formato se transformaba en un campo de batalla partidista. Sánchez, en cambio, sigue defendiendo la cogobernanza y se compromete a seguir convocándolas, pese a todo. Ya van 21.
Habrá, en principio, al menos dos encuentros más antes del final de legislatura. Pero, visto lo visto, no parece que ninguno de ellos pueda aspirar a ser lo que en teoría deberían ser: espacios de construcción compartida. Mientras tanto, el problema de la vivienda, otros tantos, siguen esperando.