
Trabajadores de Freixenet en la manifestación del 1 de mayo en Barcelona / EP
El ERE en Freixenet cuestiona el modelo de negocio del cava
Arranca la próxima semana el proceso para determinar el ajuste planteado por la compañía por el impacto de la sequía y que los trabajadores rechazan por considerar la medida extrema
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El proceso de ajuste de plantilla planteado por Henkel Freixenet va más allá de una decisión empresarial con motivo de circunstancias extraordinarias. Por debajo del ERE de la emblemática compañía catalana subyace todo un debate sobre un modelo de negocio que manifiesta síntomas de agotamiento. Y también, múltiples señales de dificultad para adaptarse a un escenario que no siempre casa bien con la solemnidad y tradición que rodea al segmento del cava.
La próxima semana arranca la negociación entre la compañía y los representantes de los trabajadores acerca del expediente de regulación de empleo planteado para 180 empleados, cerca de un 25% de la plantilla.
Tras los primeros contactos formales, se han constituido las dos meses de negociación, para Freixenet y Segura Viudas, las dos empresas del grupo afectadas por el ajuste. Las conversaciones se iniciarán el próximo martes, a razón de dos encuentros por semana.
En los primeros contactos, Henkel Freixenet ha remitido a los sindicatos la documentación requerida acerca de los resultados de 2024; unas cifras afectadas por una cosecha deficiente como consecuencia de los efectos de la sequía. Pese a la mejora de las condiciones climatológicas, la empresa no es optimista con vistas al ejercicio 2025, para el que incluso no se descartan resultados negativos.

Viñedo en el Penedès EUROPA PRESS
No se prevé un proceso sencillo. Los trabajadores rechazan de plano la medida al considerar que una circunstancia temporal, como la climatológica, no justifica un ERE de extinción de empleo. “La compañía no puede quedarse en las cifras que nos ha hecho llegar; tiene que explicarlas con detalle y, sobre todo, fundamentar que son suficientes para justificarla la decisión”, apuntan fuentes sindicales.
El precedente de 2024 no desaparece del escenario. En una situación con peores perspectivas para la cosecha, Henkel Freixenet planteó un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE).
Vuelta a la carga
Tras ser rechazado por la autoridad laboral el proceso por causa de fuerza mayor, el ajuste terminó por ser de dimensiones muy inferiores a lo previsto. Pese al diseño inicial para seis meses, apenas se extendió por algo más de 30 días.
De ahí que la vuelta a la carga de la la empresa, esta vez con un proceso sin el factor temporal haya extendido la sombra de la sospecha sobre la intención de articular una progresiva evolución del modelo, con el foco en otro tipo de productos.
Los elevados estándares de calidad y excelencia exigidos por el Consell Regulador de la D.O. Cava derivan en una limitación natural de la producción. El cultivo de la uva se reduce a una zona muy determinada, que agrupa a poco más de una veintena de municipios. El proceso de doble fermentación prolonga la elaboración durante doce meses.
Factores que, incluso en las condiciones más óptimas, establecen una suerte de “techo de cristal” para el cava, en torno a unos 250 millones de botellas al año. Números que palidecen frente a productos alternativos entre los vinos espumosos, con menores exigencias de calidad, precios más competitivos y que han sido capaces de atraer a un público más joven.
Diferencias laborales
Con este escenario, la tentación de optar por una línea alternativa de producción hacia este tipo de productos no deja de ser una realidad casi palpable. Un camino que permitiría vías como la selección de otro tipo de materia prima y también una eventual deslocalización de la producción, inviable en el caso del cava.
“Aunque dentro del Estado no se aprecian brechas demasiado grandes a la hora de contratar, sí hay apreciables diferencias entre los territorios. Los salarios no son homogéneos en las Comunidades Autónomas ni tampoco aspectos fiscales”, apuntan desde una consultora especializada en materia laboral.
Un proceso complejo
El ERE de Henkel Freixenet plantea como tal la extinción de contratos; sin embargo, la recuperación prevista para las cosechas llevará consigo un aumento de la producción que volverá a generar demanda de empleo.
En esta línea se encuentra la reclamación de los sindicatos de encontrar soluciones de carácter temporal; no obstante, en las primeras tomas de contacto se ha podido apreciar una postura inflexible por parte del grupo. De ahí que se prevea un proceso complejo.