Álex Ramos, nuevo presidente de Societat Civil Catalana: "Que los independentistas no estén en el Govern es un paso adelante"

No había más candidaturas, pero hasta este viernes no se ha hecho oficial: Álex Ramos es el nuevo presidente de Societat Civil Catalana. El hasta la fecha vicepresidente de la entidad, médico de profesión y militante del PSC durante la última década, sustituye a Elda Mata al frente de la principal organización constitucionalista en Cataluña, que desde 2014 lucha, desde la transversalidad política, para "combatir al nacionalismo". 

Se decidió a dar el paso cuando, por motivos personales, Mata anunció que dejaba sus responsabilidades al frente de Societat Civil. Fue entonces cuando se puso en marcha el proceso de sustitución, culminado en una asamblea donde los socios --alrededor de 600 en la actualidad-- han otorgado su confianza a Ramos con el 99% de los votos. 

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Romperá el carnet de los socialistas en los próximos días, asegura, pues sus prioridades son la independencia de la organización respecto a los distintos partidos políticos y la "transversalidad" de la misma. Tras una etapa como vicepresidente que considera "un éxito", Ramos estará acompañado de Teresa Freixes como número dos y un equipo "continuista".

Convencido de que Societat Civil sigue teniendo mucho recorrido pese a que la llegada de Salvador Illa a la Generalitat ha apartado a los independentistas del Govern, dejando al procés enterrado -al menos, por el momento-, el nuevo presidente de la entidad atiende a Crónica Global.

Pregunta: ¿Qué pretende mejorar o cambiar en esta nueva etapa al frente de Societat Civil Catalana (SCC)?

Respuesta: Es fundamental preservar el modelo transversal que tenemos, pero en esta nueva etapa queremos ser más propositivos. El trabajo de contención frente al nacionalismo ha sido excelente, pero también queremos impulsar un consejo asesor con personalidades relevantes del ámbito político-social para que el centro político de España tenga más herramientas desde la sociedad civil. Queremos ser útiles. 

P: ¿Qué destaca de estos últimos años en los que usted ha sido vicepresidente y la entidad ha estado liderada por Elda Mata?

R: Hemos hecho muy buen tándem. Yo destacaría su gran labor de organización de estructura interna. Siempre habíamos estado preocupados por la urgencia política, y nos hemos tenido que ocupar de ordenar toda la estructura jerárquica, de socios, etcétera. Elda ha hecho un trabajo excelente, aportando su conocimiento del ámbito gerencial y directivo. Ha puesto la organización en orden y la deja mucho mejor de lo que la encontró.

P: Los equilibrios en SCC siempre han sido un poco delicados entre los miembros más cercanos a PP y PSC, e incluso Vox o Ciutadans en su momento. ¿Cómo quedan ahora con su elección como presidente?

R: Pretendo que la organización sea transversal y equilibrada, independientemente de que pueda haber más representantes de un sector o de otro. Mi junta será plural, pero nosotros no vamos a entrar en batallas políticas de izquierdas y derechas. Nosotros estamos en contra del mundo nacionalista, somos constitucionalistas y defendemos el Estado de Derecho. Este es nuestro ADN y lo que compartimos los miembros de SCC más allá de las tendencias de cada cuál.

P: Usted es militante del PSC, ¿tiene esto algún significado en cuanto a la SCC que nos podemos esperar de ahora en adelante?

R: Rotundamente, no. Es la primera vez que hay una persona socialdemócrata como yo al frente de SCC, pero mi condición de afiliado a una organización política no tendrá ninguna influencia. De hecho, como ya he anunciado, me voy a dar de baja en los próximos días para que no haya ninguna duda al respecto. Yo me debo a los socios de la organización, y quiero ser independiente y autónomo.

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P: SCC nació en 2014, entre otras cosas, como contrapeso a la ANC. Ahora, con el procés muerto, este contrapeso parece menos necesario que en 2017 o 2019. Algunos opinan que SCC ha dejado de ser tan necesaria. 

R: Nosotros nacimos en contra de un movimiento que parecía unánime cuando no lo era; más allá de la ANC, Òmnium o cualquier otra organización independentista. Fuimos capaces de sacar a más de un millón de personas a la calle, y esto hizo abrir los ojos a los nacionalistas, que se pensaban que no existíamos. Había una amalgama social no independentista que estaba aislada individualmente y nosotros activamos todas esas células y creamos una gran red social. No compartimos que el procés esté muerto, simplemente ha pasado su fase aguda, y ahora está en una etapa crónica que puede tener agudizaciones incluso en el corto plazo. Dicen que lo van a volver a hacer en cuanto puedan, y nosotros seremos necesarios siempre que haya nacionalistas dispuestos a romper la convivencia y con intención de imponer una única forma de ser catalán.

P: ¿Qué valoración hace del nuevo Govern de Salvador Illa?

R: Nosotros, como constitucionalistas transversales, pensamos que el hecho de que no haya independentistas en el Govern es un paso adelante, más allá de que el Ejecutivo actual tenga que conceder cosas que a nosotros no nos gustan. Siempre nos hemos manifestado en contra de, por ejemplo, el concierto económico o las políticas lingüísticas, y se lo hemos trasladado personalmente al propio Illa, pero evidentemente es un paso adelante.

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P: SCC fue muy crítica con los indultos y la amnistía. ¿Cree que es correcto el camino que sigue el PSC intentando contentar a los independentistas?

R: En el año 2014, antes de la consulta del 9-N, nos visitó Stéphane Dion -ministro de Canadá y quebequés– y nos dijo que el independentismo es insaciable y quiere todo el poder. A su juicio, la política del contentamiento no sirve de nada, y nosotros lo estamos viendo ahora. Sólo sirve para que quien lo concede pueda seguir en el poder, pero no soluciona el problema, sino que lo agrava. Consideramos que las concesiones son pan para hoy y hambre para mañana.

P: ¿Qué opina del PP catalán y de su actual presidente, Alejandro Fernández?

R: Tenemos buena relación. Nos gusta tener buena relación con los partidos constitucionalistas, y tanto con el PSC como con el PP y Ciutadans lo hemos hecho en todos estos años. Desde el punto de vista personal, la relación con Alejandro Fernández es buena, y le tengo en muy buena consideración, pero el objetivo no es ese, sino que podamos trabajar juntos a nivel político, y llegar a acuerdos que nos acerquen al modelo que nosotros defendemos.

P: ¿Considera a Vox un partido constitucionalista? ¿Cómo es la relación con esta formación y cómo pretende que sea en el futuro?

R: Si son constitucionalistas o no deben decidirlo ellos. Nosotros buscamos la gran centralidad política y pensamos que las soluciones vienen del centroderecha y del centroizquierda. Ahora estamos en un momento de polaridad, porque se está incluyendo a los extremos en una política de bloques que no nos representa. Respetamos a los votantes de todas las formaciones, no les juzgamos, pero defendemos que los consensos básicos deben venir del centro. De todas formas, SCC no entra en muchos debates izquierda-derecha, porque hay opiniones distintas sobre temas como el aborto, los impuestos o las políticas sociales. Si lo hiciéramos, fallaría nuestro ADN.

P: Ha habido críticas al sistema de elección de la presidencia de SCC. ¿Cómo funciona este proceso y qué personas tienen derecho a votarlo?

R: El derecho a voto es de los socios, que somos unos 600. Tenemos una estructura de socios que es lenta, tienen que pasar por junta, se tienen que votar y demás. Nuestra intención es seguir creciendo, hay más de 7.000 simpatizantes, y hace cuatro años éramos 60 socios. Mi campaña no se ha hecho desde SCC, sino de forma independiente, por lo que mi candidatura ha sido libre como cualquier otra que hubiera podido haber. Sí que es verdad que la presidenta anterior ha apoyado mi candidatura, pero no ha habido campaña interna. Todas las críticas, dicho esto, son bienvenidas para seguir construyendo nuestro proyecto de forma constructiva.

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P: ¿Vive SCC su momento más dulce?

R: Hemos pasado por épocas mucho más complicadas, si es eso a lo que se refieren. La etapa de Elda Mata ha sido tranquila, pero también ha sido muy productiva, como contaba con anterioridad.

P: Usted tuvo problemas con el Colegio de Médicos de Barcelona, más concretamente con su presidente, Jaume Padrós. Cuéntenos qué ocurrió exactamente.

R: Discriminación ideológica. En el año 2017 tuve un problema muy evidente en el Colegio de Médicos de Barcelona. Llevaba 29 años trabajando allí con resultados objetivamente muy buenos, pero fui la cara visible de las dos grandes manifestaciones de SCC contra el procés. La junta del Colegio de Médicos de Barcelona tiene un sesgo nacionalista heredado desde 1982, y yo empecé a sufrir lo que se llama mobbing durante un año y medio. Nada extraordinario, por desgracia, en la Cataluña del procés. Muchas personas que no han apoyado al secesionismo saben perfectamente de qué hablo.