El Barça de Laporta, preso de las palancas: posibles sanciones de UEFA y riesgo de perder el Fair Play de la Liga

El FC Barcelona remonta el vuelo en los terrenos de juego mientras se recupera paulatinamente en la parcela financiera. El presidente del club azulgrana, Joan Laporta, se involucra directamente en la gestión de la entidad de un modo personalista. Como culé de cuna, el máximo dirigente del Barça no podía permitir que el equipo catalán siguiera sufriendo traspiés sobre el campo en época de vacas flacas. A falta de ingresos, la junta directiva inventó una solución imaginativa, conocida como palanca financiera.

En 2022, la venta de patrimonio surtió efecto a corto plazo para costear fichajes de relumbrón. Sin embargo, tres años más tarde, todavía cuesta dolores de cabeza a la plana mayor barcelonista. La venta de Barça Studios, filial absorbida por Barça Produccions, todavía amenaza la norma 1:1 de Fair Play con una potencial depreciación del 53% de las acciones, mitad en posesión del FC Barcelona. Para más inri, el club de la capital catalana se enfrenta a sanciones de la UEFA por incumplir el reglamento de control financiero en la declaración de las palancas en los balances anuales.

Discrepancias contables

El organismo rector del fútbol europeo ha finalizado el proceso de auditoría económica que realiza cada dos años. Durante este mes de junio de 2025, el ente notificará las conclusiones pertinentes a los clubes susceptibles de recibir una penalización. En el caso del Barça, el diario The Times informa que la UEFA estudia posibles sanciones tras reincidir en irregularidades financieras.

Las discrepancias contables residen en la imputación de las palancas en el ejercicio 23-24, con antecedentes. En 2022, la institución barcelonista declaró como 'otros ingresos operacionales' la cesión del 10% de sus derechos televisivos por 25 años al fondo de inversión Sixth Street. La UEFA consideró que el Barça tendría que haber clasificado la inyección económica como 'beneficios por pérdidas de activos intangibles'. De ese modo, el club no podría haber anotado la transacción como un ingreso ordinario y no habría contribuido a equilibrar su situación de Fair Play.

¿Ingreso ordinario o extraordinario?

La UEFA interpreta la venta de patrimonio como ingreso extraordinario, a diferencia de la Liga, que sí valida las palancas como ingreso de explotación ordinario. La institución de la Ciudad Condal se desprendió de otro 15% de sus derechos audiovisuales, adquiridos por la misma firma de inversión a 25 años. Operación prácticamente calcada con un valor de unos 320 millones que ascendió a 400 millones con las plusvalías añadidas por el Barça.

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Del mismo modo, aquel pago se catalogó como 'otros ingresos operacionales' y supuso una infracción de los artículos 58 y 77.01 del reglamento de licencias de clubes y juego limpio financiero de la UEFA. En consecuencia, el ente que preside Aleksander Ceferin impuso una multa de 500.000 euros.

Reincidente

Si bien Laporta y sus camaradas apelaron ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS), el juzgado falló en contra del club catalán y ratificó la sanción. Es más, el TAS advirtió al Barça que un segundo incumplimiento implicaría castigos más severos en el futuro. Un escenario que se avecina próximamente, con la lupa puesta en el balance del ejercicio 23-24.

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En primer lugar, la consideración de segunda infracción podría acarrear una sanción económica superior a la primera. Al margen de la multa, el FC Barcelona se expone a los siguientes castigos deportivos: reducción del número de jugadores inscribibles en la Champions League o, en su defecto, otras competiciones europeas; deducción de puntos en la próxima edición de la máxima competición continental; la expulsión del campeonato europeo, escenario más improbable.

Más frentes abiertos

En cualquier caso, el peso de la ley caerá próximamente sobre Can Barça. Además, podrían caer otros jarros de agua fría por las mismas fechas. Por un lado, Grant Thornton, exauditor de la entidad azulgrana, dejó la puerta abierta en 2024 a una futura depreciación de Bridgeburg Invest, mediante la inclusión de una salvedad contable en sus conclusiones. Tarea que heredará Crowe. Antaño, la junta directiva ya tuvo que aplicar por imposición del censor de cuentas un deterioro de 141 millones: importe pendiente de ingresar de los 200 millones acordados por la venta de Barça Studios en 2022.

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Cuando el Barça se desprendió del 49% de la filial tecnológica, valoró las participaciones en su poder en 208 millones, en aplicación del método de la puesta en equivalencia. Tres años más tarde, fuentes del sector advierten a Culemanía que el club no tendrá otro remedio que depreciar el 53% de las acciones de su propiedad, anteriormente el 51%. El nuevo auditor tampoco se cree una tasación sobredimensionada. En el ejercicio 23-24, el lío de Barça Vision ya costó 91 millones de pérdidas, procedentes del gasto extraordinario de 141 millones fruto del deterioro obligado. Este 2025, Crowe puede terminar lo que Grant Thornton empezó, con consecuencias fatales en materia de Fair Play.

Cuenta atrás

Independientemente de lo que decida el nuevo auditor, el FC Barcelona depende de otra transacción para equilibrar el cierre del ejercicio 24-25. En diciembre de 2024, Laporta cerró la venta de los derechos de explotación de 475 asientos Vip pertenecientes al nuevo Camp Nou. La cesión de dichos ingresos se pactó para un período de 25 años con la compañía qatarí Forta Advisors, que abonó 30 millones, y la empresa emiratí New Era Visionary Group (NEVG), designada responsable de instalar la red 5G del estadio azulgrana. Esta última sociedad desembolsó 28 millones y pactó el pago futuro de otros 42 kilos. 

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El Barça se embolsará un total de 100 millones, pero Crowe no dará luz verde para anotarlos en el balance hasta que todas las butacas de lujo se hayan instalado en el recinto de Les Corts. Será entonces cuando habrán justificado la puesta en marcha del negocio que han traspasado a dos compradores. Limak Construction acelera en las obras con el plazo fijado del 30 de junio, fecha límite para que la operación compute en el vigente ejercicio. Demasiadas incógnitas y carpetas abiertas en las oficinas de Arístides Maillol para encajar un rompecabezas excesivamente complejo. En Can Barça no existe día tranquilo, ni siquiera cuando la pelota se cuela entre los tres palos.