
Joan Laporta consuela a Aitana Bonmatí tras perder la final de la Champions League EFE
El Barça de Laporta invierte más de 90 millones entre Masía y secciones: la última esperanza de levantar una Champions en 2025
Jornada negra para el filial y el femenino con la derrota en la final de la Champions League y el descenso a Segunda RFEF, desenlaces tristes para la apuesta económica por los deportes profesionales
Drama en Lisboa: el Barça Femenino se queda sin la tercera Champions consecutiva
Las secciones del FC Barcelona están de luto en una jornada negra. La fortuna no ha sonreído ni al Barça Femenino ni al filial masculino. Primero, el equipo entrenado por Pere Romeu ha caído en la final de la Champions League (1-0) por la mínima ante el Arsenal de la exazulgrana Mariona Caldentey. Después, el Barça B ha consumado el descenso a Segunda RFEF, a pesar del triunfo sobre Unionistas (2-1).
El balonmano, una baza que nunca defrauda con 12 Copas de Europa, es la última esperanza del presidente Joan Laporta para levantar una Champions League con las secciones esta temporada 2024-25. El club azulgrana invierte más de 90 millones en la Masía y los demás deportes profesionales, pero se ha llevado poco premio. "Tener secciones penaliza al Fair play. Sobre todo el fútbol base, que son 35 millones", lamentó el dirigente barcelonista en una entrevista reciente.
El llanto de Laporta
El Barça Femenino es la única sección rentable de la entidad catalana. En el ejercicio 2023-24, alcanzó el umbral de los beneficios por primera vez en su historia: 604.000 euros de ganancias. Para esta temporada 24-25, habían presupuestado nuevamente unos números positivos de 204.000 euros. Sin embargo, el varapalo continental en Lisboa ha dejado al equipo entrenado por Pere Romeu sin tercera Orejona consecutiva y sin los 150.000 euros que se embolsa el campeón. Joan Laporta, testigo directo de la dura derrota, ha terminado abrazado a Aitana Bonmatí, compartiendo un llanto desconsolado.
Aun así, los 17 millones de euros invertidos en el presente curso todavía pueden valer un triplete nacional que seguiría los pasos del Barça de Hansi Flick. Tras la conquista de la Supercopa y la Liga, Aitana Bonmatí, Alexia Putellas y el resto de estrellas todavía deben disputar la final de la Copa de la Reina contra el Atlético de Madrid. La hegemonía nacional sigue viva. Y los números verdes, la victoria de los ingresos sobre el gasto, también van por el buen camino. El Femenino llena de orgullo al barcelonismo y a la junta directiva.
Las pérdidas de la Masía
El caso del fútbol formativo es más delicado, pues su razón de ser pasa por proveer al primer equipo, pero no genera ingresos más allá de la venta de canteranos. Laporta tasó en su reciente paso por TV3 en 35 millones el gasto en la Masía. El retorno de la inversión se aprecia más bien en el primer equipo, donde se ahorra el despilfarro en fichajes mediante la promoción de joyas como Lamine Yamal, Pau Cubarsí, Marc Bernal, Marc Casadó y numerosos ejemplos recientes.

Lamine Yamal, con la copa que acredita al Barça como campeón de Liga EFE
Como ya habíamos desvelado en Culemanía, el FC Barcelona persigue el objetivo anual de recaudar 10 millones en forma de traspasos o bien ahorro. En el ejercicio 23-2024, las salidas de Marc Guiu, Chadi Riad y Estanis Pedrola llenaron las arcas con 18 millones que minimizaron las pérdidas hasta los 7,6 millones.
Desmantelamiento del Barça B
No obstante, ese desmantelamiento también implica unas consecuencias deportivas. La falta de referentes contrastados en Primera RFEF ha condenado al filial al descenso. Las joyas que por edad en otras épocas militarían en el Barça B, en la actualidad enriquecen el primer equipo con su desparpajo. La venta de Unai Hernández por 4,5 kilos o el castigo a Pau Prim, tras rechazar ambos las ofertas de renovación remitidas, también han desproveído al segundo equipo de talento.

La tristeza de Guille Fernández tras certificar el descenso del Barça B a Segunda RFEF FCB
Pese a la remontada de las últimas jornadas, el esprint final ha resultado exiguo y la formación de las promesas se verá perjudicada en Segunda RFEF, donde el nivel es inferior a la categoría de plata del fútbol español.
La última bala
De ahora en adelante, el Barça de hockey y el Barça de fútbol sala pugnarán por levantar el título de liga. El equipo de balonmano ya certificó el alirón en competición doméstica, además de alzar la Supercopa Ibérica. El conjunto dirigido por Carlos Ortega tiene a tiro la repetición del póker de títulos con la venidera Final Four de Colonia ante el Magdeburgo, y la Copa del Rey.

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El balonmano arroja unas pérdidas que superaron los 8 millones en el curso 23-24 y que prevé sobrepasar los 7 kilos en el ejercicio 24-25. Sus ingresos rondaron los dos millones en el último curso, y nuevamente, se encaminan hacia los dos millones a final de temporada. El motivo de conservar la sección no es económico, puesto que es deficitaria. No obstante, es uno de los mayores motivos de orgullos en las vitrinas, con las últimos 15 títulos de liga consecutivos y 12 Copas de Europa. Nada que objetar sobre la pista.