Gavi es un símbolo de entrega, de coraje y, sobre todo, de barcelonismo. Sin embargo, el centrocampista andaluz se encuentra ante un escenario tan exigente como complicado, con una plantilla repleta de talento en el centro del campo y un esquema táctico en el que parece difícil encajar.

Con jugadores como Pedri, De Jong, Olmo, Fermín, Bernal y Casadó, Gavi tendrá que luchar con fuerza para ganarse su puesto a pulso. Afortunadamente, el estilo del Barça de Flick, intenso y vertical, encaja perfectamente con la presión constante y la generosidad defensiva de Gavi. Después de una temporada de readaptación, es necesario que dé un paso adelante y recupere la confianza que tenía antes de la lesión.

Nadie puede dudar de la capacidad de superación del joven futbolista de Los Palacios. Gavi nunca ha tenido miedo de afrontar grandes retos y el que tiene por delante, el de ganarse un puesto en el once titular de Flick, es sin duda uno de los más importantes de su corta pero intensa carrera.
Aunque no parta como titular indiscutible, Gavi tiene las cualidades para ser imprescindible en los esquemas del técnico alemán. Si algo ha demostrado hasta ahora es que, cuando las cosas se ponen difíciles, él nunca se esconde. Gavi nunca se rinde.

La carrera por el Balón de Oro

A medida que se acaba la temporada, la carrera por el Balón de Oro toma una forma casi definitiva, y este año dos nombres destacan por encima del resto: Ousmane Dembélé y Lamine Yamal.

Con solo diecisiete años, Lamine ha dejado a todo el mundo boquiabierto. Su madurez, su visión y, sobre todo, su capacidad para decidir en los grandes partidos lo sitúan, por méritos propios, en el centro de todas las miradas. Ha pasado de ser una promesa de futuro a convertirse en el presente más mediático del planeta fútbol.
Pero también hay que ser justos. Ousmane Dembélé, durante años víctima de las burlas y las lesiones, se ha convertido finalmente en lo que Xavi siempre defendió: un jugador único, desequilibrante y, ahora sí, decisivo. Con la ayuda de Luis Enrique, el francés es ya una superestrella mundial que acaba de ganar un triplete con cifras espectaculares y marcando las diferencias. Si lo acaba ganando el francés, será una broma de mal gusto para los culés, pero nadie podrá decir que no ha sido justo y merecido.
El 22 de septiembre sabremos la decisión final, pero, de momento, ya os puedo decir que la carrera para el Balón de Oro es cosa de dos. 

Y 'Lucho' iluminó París

Después de años de proyectos fallidos, de noches europeas decepcionantes y de millones de euros invertidos sin recompensa, el París Saint-Germain consiguió, por fin, su primera Liga de Campeones. Y lo hizo con una identidad clara, un fútbol de calidad y una dirección técnica magistral de la mano de Luis Enrique.
El asturiano ha transformado un equipo lleno de cromos y estrellas en un conjunto unido, sólido y con las ideas muy claras. Lucho ha demostrado, una vez más, que sabe competir, que sabe leer los partidos y que, sobre todo, sabe ganar. A sus aficionados, por cierto, solo les falta aprender a celebrarlo.
Este título no solo es un éxito para el PSG, sino también una reivindicación personal para Luis Enrique que se ha ganado entrar en el ranking de los mejores entrenadores de la historia. Por este motivo, no está de más recordar cuando, desde los sectores más ruidosos del madridismo, se le cuestionó, desacreditó e incluso se le ridiculizó cuando era el seleccionador español. Ahora, muchos de esos haters tendrán que tragarse sus palabras porque, una vez más, el fútbol ha puesto a cada uno en su sitio.