La numerología es una pseudociencia  que busca establecer una relación oculta entre los números, los seres vivos y las fuerzas físicas. Desde Pitágoras, el matemático griego que elevó la hipotenusa y los catetos a la máxima expresión, hasta Dow Balliet, un espiritualista que en el siglo XX se enfrascó de lleno en esta materia, miles de personas han recurrido a los números para dar sentido a los misterios de la vida.
El primer número que tuvo poderes ocultos y levantó miles de cábalas fue el 666. Un número que, según el Evangelio de San Juan, identifica a la Bestia, es decir, a Satán, el ángel caído del cielo por rebelarse ante Dios, que tan excelsamente narró John Milton en su poema 'El paraíso perdido'. Miles de conjeturas se han abierto para discernir los misterios de este 666, con en emperador romano Nerón, gran enemigo de los cristianos, en el mar de fondo. Sea como fuere, el 666 se ha convertido en uno de los números más mediáticos del planeta.
En un contexto mucho más prosaico y local, hay otros números que están levantando cierta confusión y propiciando mil y un debates. El más reciente es el 19,3. Un decimal en toda regla, que si bien está lejos de la fama del número pi (3,1416...) -el decimal por antonomasia- está actualmente en boca de todo el mundo. Ha sido el padre de Lamine Yamal quien ha desatado las especulaciones al enviar a través de Instagram una foto con su hijo, encabezado con un enorme 19,3, nada más anunciarse su renovación hasta el 2031.
Desde ese momento, se levantó un auténtico tsunami para descifrar el significado de esa cifra. Desde Madrid rápidamente recogieron el guante y señalaron que Mounir estaba festejando públicamente la ficha que cobrará Yamal en su primera temporada: 19.3 millones de euros -el bruto o neto se barajaba según conveniencia-. Otras informaciones daban pábulo a que el padre de Lamine sólo quería remarcar el dorsal del jugador (19) y los títulos que ha ganado esta temporada (3). Para rizar el rizo, otros identificaban el decimal como la fecha del día del padre: 19 de marzo. 
Cualquiera de estas teorías asumen el riesgo de morir en la orilla. De hecho, aún se han quedado cortos algunos a la hora de especular. Este 19,3 podría significar también los goles que quiere marcar al Real Madrid (19) y los hat trick que le va a hacer (3) el próximo lustro, o los títulos que quiere ganar (19) y los Balones de Oro (3), o hasta la división entre la distancia de Rocafonda al nuevo Camp Nou, pasando por la Ciutat Esportiva, reducido a kilómetros. La numerología tiene eso, que abre las puertas a cualquier hipótesis, por muy irreal y absurda que suene.
Por suerte, no todos los números que han salido del mundo Yamal han sido tan crípticos y abiertos al debate. Cuando empezó a marcar, celebraba sus goles poniendo las dos manos de una forma muy peculiar, en el que se podía descubrir un 304. Afortunadamente, el propio autor se encargó de darle un significado: son los tres últimos números del código postal de su barrio Rocafonda (31304) en Mataró, donde se siente totalmente identificado e integrado, hasta el punto que entre sus amigos le han puesto el sobrenombre de La Capital.
Si Lamine no se hubiera encargado de despejar la incógnita, las teorías sobre el numerito en cuestión hubieran sido interminables. Aunque yo me quedo con una que dio Jota Jordi, el famoso tertuliano de El Chriringuito, que la verdad tenía su gracia: 3 (los títulos ganados por el Barcelona esta temporada), 0 (los títulos ganados por el Real Madrid este 2025) y 4 (el número de victorias blaugrana en los Clásicos este curso). 
Como ven, la numerología se adapta como un calzador a las necesidades de cada uno, sin necesidad tampoco de ser Grigori Perelman, el célebre matemático ruso que reveló la Conjetura de Poincaré, pero que acabó rechazando el premio de un millón de euros que le otorgaban por semejante proeza matemática.