La gran conexión del Barça de Flick con la afición: 10 veces más culés que en la rúa de Xavi

El Barça de Hansi Flick sigue el mismo camino que el hegemónico FC Barcelona de Pep Guardiola. En la primera temporada del técnico alemán al frente del proyecto azulgrana, ha salido cruz en la Champions League. Aun así, el aficionado culé se despide igualmente ilusionado de una temporada triunfal, saldada con el triplete nacional de Liga, Copa del Rey y Supercopa de España. Es más, el barcelonismo ha vuelto a sucumbir a los encantos de un equipo sublime, a la par que humilde. Las estrellas azulgranas y sus feligreses barcelonistas han exhibido una conexión insólita en la última década, fruto de su amor por el club.

El baby Barça es un equipo en construcción, repleto de jóvenes promesas que todavía deben tocar techo. Xavi Hernández, antecesor de Flick en el banquillo, repetía en cada rueda de prensa la expresión "en construcción", en alusión a un proyecto que necesitaba tiempo de maduración. Aun así, pese a culminar la temporada 2022-23  con la conquista liguera, la rúa no pudo reunir, ni de lejos, tantos barcelonistas como el elenco de estrellas dirigidas por Flick. En aquel entonces, unas 76.000 personas disfrutaron de un desfile conjunto con el Barça Femenino, también campeón de la Liga F. Esta vez, el paseo triunfal por Barcelona ha contado con nueve veces más fanáticos: unos 670.000 hinchas, según la Guardia Urbana.

Tras la estela de Guardiola

Los números de asistencia culé en la rúa de 2025 son equiparables a los años más laureados de la historia barcelonista en el siglo XXI. El FC Barcelona ganador del triplete de Liga, Copa y Champions League en 2009 reunió a un millón de barcelonistas en las calles de la capital catalana. La hornada prodigiosa de la Masía liderada por Leo Messi, Xavi Hernández, Andrés Iniesta y Carles Puyol, entre otros, conquistó el corazón del barcelonismo con una superioridad jamás vista en el Camp Nou.

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En la temporada 2010, el genio de Santpedor no pudo alzar la Copa, pero repitió el doblete de Liga y Orejona. 850.000 culés se agolparon en la Ciudad Condal para aclamar a los héroes de Wembley. Aquella plantilla conservaba los puntales criados y moldeados en la Masía. Como también el Barça de la campaña 12-13, campeón de la Liga de los 100 puntos bajo la dirección de Tito Vilanova. Unas 500.000 personas disfrutaron a pie de calle del desfile, tras batir el récord de puntaje del club en competición doméstica e igualar la marca establecida por el Real Madrid de José Mourinho en 2012.

Pérdida de identidad

No obstante, con el paso de los años, el FC Barcelona se abonó a la política de la cartera antes que la cantera y perdió paulatinamente el rasgo identitario de la Masía en el primer equipo. Cada vez más fichajes llenaban la plantilla de estrellas y cerraban las puertas a las perlas que pisaban fuerte desde el fútbol base.

Fermín López, Pau Cubarsí, Héctor Fort y Wojciech Szczesny, en la rúa del Barça campeón de Liga Gala Espín

El Barça de Luis Enrique fue el último capaz de levantar una Orejona en 2015 y cosechar un triplete basado en el nivel superlativo del tridente integrado por Leo Messi, Neymar Jr y Luis Suárez. Aquella rúa del segundo triplete congregó a unos 200.000 culés. De ahí en adelante, la esencia comenzó a perderse, degenerando en el denominado equipo de las vacas sagradas. Se durmieron en los laureles.

Éric García coge el trofeo de la Liga en la rúa del Barça Óscar Gil

Ronald Araujo toma la palabra en la rúa del Barça campeón de Liga Óscar Gil

Una vez consumado el desastre económico con el estallido de la pandemia, fruto del despilfarro en refuerzos y una masa salarial desorbitada, la junta directiva de Joan Laporta comenzó de cero. La Masía volvió al centro de la planificación deportiva, de la mano de Xavi Hernández como entrenador. En aquel equipo campeón de la Liga 22-23, que puso fin a cuatro años de sequía, tres viejas glorias como Sergio Busquets, Jordi Alba y Gerard Piqué dieron un paso al lado.

Primeros brotes verdes

Sobre el campo, el elenco barcelonista todavía zozobraba y conquistó la Liga abonado al unocerismo, al oficio y a la resistencia defensiva. Fichajes como Robert Lewandowski, Raphinha y Jules Koundé, con el estatus de titular en la actualidad, no bastaron para clasificarse a los octavos de la Champions 22-23.

Las calles de Barcelona, llenas de culés durante el paso de la rúa del Barça campeón del triplete nacional Gala Espín

En la Europa League, eliminación a manos del Manchester United. Perlas de la Masía como Pau Cubarsí y Lamine Yamal todavía se fogueaban en el fútbol base, aunque Gavi y Alejandro Balde ya habían tumbado la puerta del primer equipo. Los primeros brotes verdes comenzaban a aflorar, pero los resultados aún no estimulaban a una afición expectante. La rúa de celebración por la Liga junto al Barça Femenino, también ganador de la Liga F, solo reunió a 75.000 aficionados.

Entregados al barcelonismo

Flick y su cuerpo técnico renovado han traído ese "aire nuevo", como catalogaba Lamine en plena celebración el cambio del Barça a raíz del aterrizaje del técnico alemán. Además, la promoción de otros canteranos como los Marcs, Bernal y Casadó, y el regreso de Dani Olmo han contribuido a construir un vestuario cada vez más unido.

La rúa del Barça campeón del triplete nacional por Barcelona Óscar Gil

Las jóvenes promesas del Barça, en la rúa por Barcelona Óscar Gil

Las familias de culés aguardan el paso de sus ídolos en la rúa del Barça Óscar Gil

El sentimiento de pertenencia a Can Barça de jugadores que son culés de cuna se traduce en un sacrificio impagable sobre el césped y un compromiso que la afición valora más que nada. No hay mejor prueba que la celebración en la Ciutat Esportiva Joan Gamper, la llegada de Casadó a Canaletes como un hincha más, o el paseo en bicicleta de Iñigo Martínez, Pedri, Dani Olmo y Éric García, después de visitar a su amigo Ferran Torres en el Hospital de Barcelona. Este equipo recuerda a aquel que enamoró a todo el mundo del fútbol. Disfrutan y hacen disfrutar. Y la guinda, son culés hasta la médula. No juegan por dinero, sino para complacer a sus feligreses en Montjuïc. Los culés se han lanzado en masa a las calles, porque la ilusión ha vuelto a sus hogares.