
Vista aérea del Club de Mar de Sitges
El Tribunal Supremo analiza el acoso y derribo al Club de Mar de Sitges
Costas pone cerco a la histórica institución pese a que hay ocho recursos civiles y contenciosos contra la demolición
Más información: Intento de cortar la luz al Club de Mar de Sitges
El Tribunal Supremo extá examinando un recurso contra la demolición del histórico Club de Mar de Sitges, una histórica institución deportiva que la Demarcación de Costas quiere demoler.
En total, el equipamiento ha presentado ocho escritos civiles y contenciosos contra el derribo del complejo náutico situado en primera línea del litoral. Pese a ello, el proceso para echar abajo el Club continúa.
Es lo que subyace de una diligencia reciente de la Sala Tercera del Supremo a la que ha accedido Crónica Global, y que cuestiona el fallo anterior del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) que avala la demolición.
Ahora, pues, la Sala Tercera del Supremo examinará la solidez del procedimiento iniciado por el Estado para echar abajo el espacio, lugar de reunión chic situado en primera línea de mar.
Ocho recursos
El escrito interpuesto ante el alto tribunal no es único. Fuentes cercanas a la junta recuerdan que existen otras siete impugnaciones "civiles y contenciosas" contra la voluntad de desmantelar la institución.
En algunos de estos asuntos, la sentencia "es inminente", por lo que se apremia al Ministerio de Transición Ecológica y del Reto Demográfico a "detener el derribo" previsto para el próximo 2 de junio, a la espera de los casos judiciales pendientes.

Sara Aagesen, ministra de Transición Ecológica y Reto Demográfico
Costas: "Cumplimiento de resoluciones"
Esos argumentos los rechaza el Ministerio. El departamento de Sara Aagesen enfatiza que la sentencia de demolición, por bien que recurrida, "fue confirmada por el Tribunal Supremo en 2003".
Por ello, el desmontaje del Club de Mar "se llevará a cabo en cumplimiento de las diversas resoluciones judiciales". Y están enfocadas en "recuperar" 10.000 metros a pie de mar.
Corte de luz
El cruce de razones se ha envenenado en las últimas horas al intentar acceder operarios eléctricos a las dependencias del Club. Su intención era cortar la luz para preparar el derribo.
Miembros de la institución se lo han impedido, alegando que quedan "más de diez días" para la fecha prevista para el desalojo. Finalmente, los técnicos se marcharon.
Sitges media
Paralelo al pulso se encuentra el Ayuntamiento de Sitges. El gobierno local de Aurora Carbonell (ERC) ha tratado de pactar el retraso de la demolición hasta pasado el verano.
Asimismo, ha tratado de arrancar de Costas el compromiso de que restituirá la zona con otro "proyecto" que ocupe el privilegiado espacio del Club de Mar.
Hasta ahora, el Ejecutivo local no ha recibido ninguna de las dos cosas.

Vista aérea de Sitges, con el Club de Mar a mitad de la imagen
Punto de reunión de jueces y letrados
Sobrevuela en el conflicto del equipamiento la sensación de choque entre dos mundos. El Estado busca recuperar el enclave, aunque en Sitges hay otros junto a la línea de olas. Pero en el Club se reúnen socios chic que, en algunos casos, están vinculados a la alta judicatura y abogacía.
Asimismo, sobre el tuercebrazos pivota la noción de que el Estado quiere acabar con un club privilegiado. Desde la entidad recuerdan su imbricación en el tejido vecinal local, los servicios a los estudiantes de corta edad para que se inicien en los deportes náuticos, y la existencia de una red de espacios similares a lo largo de toda la costa catalana.