Teresa Ribera, vicepresidenta de la CE
Teresa Ribera defiende la compatibilidad entre la agenda verde y la reindustrialización de Europa
La vicepresidenta de la Comisión Europea destaca el "aburrimiento" de Europa como un activo poderoso en una época de vaivenes políticos y comerciales
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Teresa Ribera, vicepresidenta de la Comisión Europea, ha defendido en la Reunión anual del Cercle d'Economia que es "absurdo" obligar a Europa elegir entre la agenda verde y una mayor producción industrial y generación de riqueza. "Son compatibles", ha asegurado.
La exvicepresidenta del Gobierno de Pedro Sánchez señala que "si no combinamos bien la transición energética y la producción industrial, no funcionará y encontraremos nuevas tensiones".
Green Deal e industria, malos amigos condenados a entenderse
Así lo ha expresado en una ponencia en el Cercle d'Economia este lunes. La charla ha llevado el título de El reto de la UE: cómo vombinar la acción climática con el fortalecimiento del tejido industrial, que ha estado moderada por Teresa Garcia-Milà, vicepresidenta del Cercle d’Economia. A Ribera le han acompañado Luca de Meo, CEO del Grupo Renault; y Jeromin Zettelmeyer, director del Instituto Bruegel.
El debate ha tratado de dilucidar qué costes a medio y largo plazo puede tener la descarbonización de Europa; y cómo se puede desplegar una política industrial más robusta --como reclama el informe Draghi-- con el proceso de transición energética.
La inesperada virtud del aburrimiento
En momentos de vaivenes geopolíticos, con guerras en Europa y en Oriente Próximo y tensiones comerciales, Ribera pone en valor el dolce far niente de Europa. "Se nos reprochaba que éramos aburridos y eso ahora es fundamental", ha expresado.
Asimismo, también ha lamentado que se use el comercio exterior o las materias primas como armas de presión entre países. en momentos tan complejos.
Mantener el los altos estándares de Europa
Ribera también ha subrayado que el comercio internacional es "una gran oportunidad para seguir mejorando", aunque ha señalado que "en su justa correspondencia" y manteniendo los altos estándares de calidad que ha dicho que tienen los productos hechos en Europa.
Ha añadido que es importante "vigilar" que aquellos países que quieran vender productos y servicios en Europa mantengan el respeto a esos mismos estándares y que, en sus palabras, no sea una carrera hacia abajo en condiciones laborales y medioambientales.
Por otro lado, ha apostado por la construcción de espacios internos en la Unión Europea que permitan impulsar el "gran potencial" que ha dicho que tiene.
También añadido que las reducciones a las barreras comerciales de las últimas décadas "han permitido alcanzar cuotas de bienestar nuevas", aunque han apuntado algunas preocupaciones como el uso de los recursos.
